miércoles

Dolor


Mientras caminaba pensaba en lo lindo que eran mis días. Casi perfectos, nunca me había sentido más emocionada, todo lo que miraba lo encontraba hermoso y no podía encontrarle su lado negativo, me imagina que cuando llegaría a casa me acostaría en la cama, me taparía y dormiría... casi perfecto, pero.... algo me hacia falta. ¿por qué no podía ser completamente perfecto? ¿qué me frenaba para que esta felicidad fuese plena?
Dejé de caminar... me di vuelta y como un soplo de viento se me vino cada recuerdo, golpeándome lo más hondo de mi ser. Me hacía falta algo, era yo quien lo había dejado de lado. Todos esos hermosos recuerdos de infancia y adolescencia que estuvieron y ya no están. Esos amigos a los que llamaba los mejores, eran y ya no. Esos parientes con los que jugaba hasta morir de cansancio, primos, hermanos, tíos, abuelitos.... ya no estaban y aun seguían en vida. Había abandonado tanto por tanto. Vale la pena? o vale la alegría?

De un momento a otro esa felicidad que se iba inyectando en mi corazón se manchó de un líquido pútrido y volvía a sentir lo mismo que hace mucho tiempo.. todo ese tiempo de adolescencia que me sentía tan sola, pero me alegraba superficialmente con las sonrisas de quienes estaban y ya no están.

¿Donde estarán los que se fueron? Aun quedan los condicionales, esos que te aman aunque no se vean por mucho tiempo, pero .... y los demás? dónde se escondieron? o yo me escondí y los condicionales y fieles me encontraron?

Estaba tan cerrada en un mundo desconocido para mi, tan difícil y tenebroso, y vi luz, vi un sol que me abrazaba con sus brazos y pude compartir esa alegría con muchos.. pero no con todos los que yo quería...

...



















Giré y mi pensamiento se volvió frío y angustiante...


... ya no quería volver a casa y acostarme en una cama tibia, ni comer ...ni dormir.

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