martes


Esta vez fue el Silencio que me hizo callar.
La Tristeza me consolaba y la Soledad se hacia presente como cuando nos sentábamos a conversar horas y horas.
En el sofá sentada junto con la Rabia me decía que debía estar tranquila, que le tomara la mano a la Paciencia y pudiera caminar con Paz. Pero no se daba cuenta que al estar a mi lado me contagiaba con su dulce sabor a rencor.
El Miedo escondido detrás de mi sillón me decía al odio que me escondiera con él y no viéramos más la luz. Me tomaba de la mano y me llevaba con él. Pero muy delicadamente vino la Bondad abrazó al miedo mientras me decía: "Pasaste lindos momentos, para qué despreciarlos y negarte a enriquecerlos más y más?".
Es que tú no entiendes. No puedo seguir con esto, me aburre la idea de sentirme solo yo la que le tengo que entregar el amor, que sea yo la que busque su compañía. Tu no entiendes porque siempre has estado tranquila y feliz con lo que tienes, tu siempre te gusta estar con todo el mundo feliz y dar sin recibir, pero la vida no es así, ¡la vida verdadera no es así!. Si no te entrega el mismo afecto ¿para qué entregarlo?, yo me preocupo, está en mis oraciones cada noche, pero yo en las suyas no. No piensa en mi como yo lo hago, lo sé, porque todo termina... todo...
La Bondad trató de abrazarme también a mí, pero el Rencor llegó antes y lloré en sus brazos. Lloré como una niña que sentía las caricias de su madre. La Bondad de fue de ese lugar, el Miedo escondido tras el sillón pensando que nadie sabría donde estaba. La Tristeza junto a la Soledad miraban lo pequeña que me hacía en los brazos del Rencor, que junto con la Rabia en acariciaban como si nunca lo hubieran hecho, y en realidad si que me sentía protegida en sus brazos.



En el mismo instante en que me sentía tan pequeña y frágil, se abrió la puerta y sentí y calor en mi corazón, sentí la brisa en mi rostro. y una nueva caricia rozaba por mi cabeza, se me acercó y me dijo: "No necesitas sentir rencor ni rabia, pequeña. En algún lugar de ese corazoncito tan tuyo, estoy yo, y conmigo todo lo puedes, yo estoy siempre a tu lado, soy yo el que te da fuerzas para sostenerte, soy yo quien te puso en el camino a tanta gente que amas y amaste, no necesitas ver que yo ya no existo entre dos corazones, sino que en algún momento existí y que de esa existencia puede quedar un poco de amor aún... yo te doy mi amor para que lo entregues a quien tu quieras, no te frustres pensando que el amor se acaba... no es así. Siempre queda un granito de mi.. siempre.... Ahora solo necesitas pensar en quien te ama ahora... quien está contigo siempre..."

Levanté mi vista y era Amor. De inmediato me hizo recordar a mi familia, a mi novio, a los pocos o nada amigos que me quedan y a mi misma...


¿Cuál es la idea?
Sentirnos perdido y consolarnos con nosotros mismo aunque las emociones se personifiquen y nos traten de ayudar, que a la vez empeora las cosas.

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