miércoles

Ella la miraba con rabia, mientras tomaban el té.
-Entonces, ¿qué harás?- le dijo Abigail  mientras se paraba y miraba tras la ventana. Saco un cigarrillo de su bolsillo y como siempre, lo prendió mirándola a los ojos, como si quisiera desafiarla e incitarla a hacer lo mismo.
-Aún lo estoy pensando... - Se notaba un cierto nerviosismo en sus manos... la realidad la hacía ponerse nerviosa y más aun viendo que Abigail trataba de hacerle cambiar de opinión...
- Te he dicho un montón de veces que tu sabes que hacer... o mejor dicho, ya "sabemos" que hacer. Pero si tu no quieres... Siempre has sido tan insegura, no me sorprendes para nada.

Ella, con una taza en sus mano, parecía que quemaba hasta su alma, pero no se daba cuenta. Sostenía una taza que la dañaba incluso más que sus pensamientos, y ella no lo notaba. Su vista perdida entre el vapor, imaginaba cuantas cosas había perdido y ganado. Abigail la miraba con entusiasmo. Nunca fue buena comunicándose con ella, trataba de que sacara sus propias conclusiones, pero esta vez la muchacha se resistía a pensar más allá.

- No quiero cambiar de vida, estoy bien...

Sus palabras fueron cortadas tras los pasos que se escuchaban detrás de la puerta
-¿Con quien hablas, mi niña?- Dijo su madre al entrar en su dormitorio. La muchacha miró a Abigail a los ojos, quien daba su última fumada...
-Con nadie, mamá...
Y cómo siempre su madre miró la habitación, como si ella también pudiese ver a Abigail. Ella le sonrió con malicia y se fue....

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