Al mar eché un poema
que llevó con él mis preguntas y mi voz.
Como un lento barco
se perdió en la espuma.
Le pedí que no diera la vuelta
sin haber visto el alta mar
y en sueños hablar
conmigo
de lo que vio.
Aún si no volviera
yo sabría si llegó.
Viajar la vida entera
por la calma azul
o en tormentas zozobrar.
Poco importa el modo
si algún puerto espera.
Aguardé tanto tiempo el mensaje
que olvidé volver al mar
y así yo perdí aquél poema.
Grité a los cielos todo
mi rencor.
Lo hallé por fin escrito
en la arena
como una oración.
El mar golpeó en mis venas
y libró mi corazón
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